07 mayo 2006

Puta envidia

No puedo resistirlo. Y si no lo digo, reviento.

No soporto la envidia. Ni a los envidiosos. Me parece abominable y desdeñable.

Y es que la envidia es la bandera de la peor de las mediocridades. El envidioso se sabe perdedor de antemano y, así, ansía lo que no es capaz de conseguir, ya sea por su torpeza, o por sus limitaciones.

Siento lástima por quienes son así. Pero más aún por quienes se dejan influir por ellos.

El que aquí escribe, probablemente sea el más torpe y limitado de todos.

Pero con seguridad, es el menos envidioso. Y se siente orgulloso de ello.