23 febrero 2006

25 años

Hoy se cumplen 25 años desde el intento golpista. El día más negro de la democracia española desde su instauración. Yo no había nacido aún.

Sin embargo, sí sé lo que ocurrió ese día, y quiénes fueron los protagonistas. No a todos la historia les ha reconocido su papel. Espero pronto haber reunido los datos suficientes sobre uno de los héroes que aquel 23 de Febrero contribuyó al fracaso del alzamiento. Uno de los más desconocidos. Y escribiré sobre ello aquí.

También conozco las ideas de los golpistas. Y, sobre todo, también sé quienes piensan igual que ellos.

A quien le suene el nombre de Carrés, conocerá su pasado y su ideario. Y quien haya visto a Tejero en su última aparición pública, lo habrá hecho mediante unas imágenes de televisión. El lugar: Valle de los Caídos. La fecha: 20 de Noviembre.

Vergonzosas las imágenes de personas envueltas en banderas pre-constitucionales, camisas azules y gorras de plato saludando orgullosos al golpista. Al pelele de los generales Armada y Milans. Al traidor al que la democracia que quiso derribar le concedió la reducción de su condena, que no cumplió íntegra, y que en la actualidad le permite expresar su opinión libremente en un diario de Melilla, o vender los cuadros que ahora pinta a más de 3.000 € el lienzo.

Y penosa la nostalgia de quienes aún se lamentan del fracaso del golpe. Aquellos que prefieren vivir en una dictadura militar frente a nuestra democracia.

¿Existe algo mejor que la libertad, y seré tan corto de miras que no alcanzo a verlo?

8 Comentarios:

Anonymous Anónimo escribió...

1.Quien se cree libre no ha volado suficientemente alto para ver los barrotes

2.El arco dice bajito a la flecha, al despedirla: "Tu libertad es mía"

25/2/06 11:44  
Blogger Nano escribió...

Los temas de filosofía te los dejo para ti. Será que como no he subido en avión, a mí la amplia declaración de derechos recogidos en la Constitución del 78 me sirven como pseudónimo de libertad.

La primera frase es típica, la segunda no la había oído nunca.

27/2/06 00:38  
Anonymous Anónimo escribió...

La segunda es de Rabrindanath Tagore

Y la amplia declaración de derechos escritos en la Constitución son menos aún que la flecha

27/2/06 17:16  
Anonymous Anónimo escribió...

El socialismo ha matado a más de 100 millones de disidentes y ha
sembrado el terror, la miseria y el hambre en un cuarto de la
superficie de la Tierra. Ni siquiera sumando todos los terremotos,
huracanes, epidemias, tiranías y guerras de los últimos cuatro siglos
producirían unos resultados tan devastadores. Esto es un hecho puro y
simple, al alcance de cualquier persona capaz de consultar El libro
negro del comunismo y de hacer un cálculo elemental.

Pero, como lo que determina nuestras creencias no son los hechos sino
las interpretaciones, siempre le queda al socialista devoto el
subterfugio de explicar esa formidable sucesión de calamidades como
efecto de azares fortuitos sin relación con la esencia de la doctrina
socialista, que, inmune a toda la miseria de sus realizaciones,
conservaría, de ese modo, la belleza y la dignidad de un ideal
superior.

¿Hasta qué punto ese alegato es intelectualmente respetable y
moralmente admisible?

El ideal socialista es, en esencia, la atenuación o eliminación,
mediante el poder político, de las diferencias de poder económico. Pero
nadie puede arbitrar eficazmente diferencias entre el más poderoso y el
menos poderoso sin ser más poderoso que ambos:

el socialismo tiene que concentrar un poder capaz no sólo

de imponerse a los pobres, sino
también de enfrentarse victoriosamente al conjunto de los ricos. Por
consiguiente, no le es posible nivelar las diferencias de poder
económico sin crear desigualdades de poder político todavía mayores. Y
como la estructura de poder político no se aguanta en el aire, sino que
cuesta dinero, no se ve cómo el poder político podría subyugar al poder
económico sin absorberlo en sí mismo, tomando las riquezas de los ricos
y administrándolas directamente. De ahí que en el socialismo,
exactamente al contrario de lo que pasa en el capitalismo, no hay
diferencia entre el poder político y el dominio sobre las riquezas:
cuanto más alta sea la posición de un individuo y de un grupo en la
jerarquía política, más riqueza estará a su entera y directa
disposición: no habrá clase más rica que la de los gobernantes. Así
pues, las desigualdades económicas no sólo habrán aumentado
necesariamente, sino que, consolidadas por la unidad del poder político

y del poder económico, se habrán vuelto imposibles de eliminar, excepto
mediante la destrucción completa del sistema socialista. Y ni siquiera
esta destrucción resolverá ya el problema, porque, al no haber más
clase rica que la de la nomenclatura, ésta conservará el poder
económico en sus manos, cambiando simplemente de legitimación jurídica y auto-denominándose, ahora, clase burguesa.

La experiencia socialista,
cuando no se congela en la oligarquía burocrática, se disuelve en el
capitalismo salvaje. Tertium non datur.



El socialismo consiste en la
promesa de obtener un resultado a través de medios que producen
necesariamente el resultado inverso.

Basta comprender eso para darse cuenta, inmediatamente, de que la
aparición de una elite burocrática dotada de poder político tiránico y
de riqueza multimillonaria no es un accidente en el proceso, sino la
consecuencia lógica e inevitable del principio mismo de la idea
socialista.

Este raciocinio está al alcance de cualquier persona medianamente
dotada, pero, dado que las mentes más débiles tienen una cierta
propensión a creer más en los deseos que en la razón, aún se les podría
perdonar a esas criaturas que hubiesen cedido a la tentación de probar
fortuna en la lotería de la realidad, apostando por el azar en contra
de la necesidad lógica.






Eso, aunque es inmensamente cretino, es humano. Lo que humanamente es una burrada es insistir en querer aprender

por propia experiencia, cuando hemos sido dotados de raciocinio lógico

precisamente para poder reducir la cantidad de experiencia

necesaria para el aprendizaje.

Lo que no es humano de ninguna manera es rechazar a la vez la lección
de la lógica que nos muestra la auto-contradicción de un proyecto y la
lección de una experiencia que, para redescubrir lo que la lógica ya le
ha enseñado, ha matado a 100 millones de personas.

Ningún ser humano intelectualmente sano tiene derecho a apegarse tan
obstinadamente a una idea hasta el punto de exigir que la humanidad
sacrifique, en el altar de sus promesas, no sólo la inteligencia
racional, sino hasta el instinto de supervivencia.

Semejante incapacidad o rechazo de aprender denuncia, en la mente del
socialista, el rebajamiento voluntario y perverso de la inteligencia a
un nivel infrahumano, la renuncia consciente a la capacidad de
discernimiento básico que es la condición misma de la humanidad del
hombre. Ser socialista es negarse, por orgullo, a asumir las
responsabilidades de una conciencia humana.

2/3/06 19:49  
Blogger Nano escribió...

Estimado usuario anónimo. La próxima vez que quieras que lea la opinión de otro, basta con que me dejes el link a la página que desees.

Quieres desacreditar al socialismo con falsos argumentos y te desacreditas a ti mismo copiando y pegando un texto que no es tuyo, sino de Olavo de Carvalho en la dirección:
http://www.neoliberalismo.com/Olavo0105.htm

Por lo menos podías haberlo entrecomillado y haber citado su procedencia.

Un texto que, por cierto, nada tiene que ver con los contenidos de este post.

Recopilaré información acerca de este filósofo brasileño y escribiré sobre ello en el blog.

Por cierto, que los argumentos me suenan a Pío Moa, o César Vidal, por no decir David Irving.

Y por último, informar que la próxima vez que se repita esta situación, retiraré el post y lo sustituiré por el vínculo que lleve al texto original.

2/3/06 22:33  
Blogger Nano escribió...

¡Buenas Rodri!

Yo no adoro ni al presidente del Gobierno, ni a nadie.

Ya te dije en otro post que España no se desmembra, y también hablé de las formas de querer o servir a este país.

No, claro que no añoro a golpistas como Tejero, Armada o cualquier otro. Creo en la democracia. Condeno todos los regímenes totalitarios y los golpes de Estado.

¿De verdad preferirías vivir en una dictadura militar?

2/3/06 22:38  
Anonymous Anónimo escribió...

Como se me ha pedido no hablar de Olavo Carvalho y sus opiniones por ahora, me lo guardo. Además, si el anónimo no se ha molestado en escribir nada, tampoco se molestará en leerlo. Por lo visto del Carvalho solo se ha leído lo que ha encontrado traducido, porque del capitalismo también echa buenas flores. De hecho a ese tío no le parece nada bien.

En cuanto al tema principal y los cojones enormes que tenía Tejero... Bueno, la verdad es que de los tres que organizaron el golpe era el que menos mandaba, el que más ruido hizo, y el que resultó más humillado -se me quedó en la cabeza la imagen de cómo un anciano de casi 80 años resistió su intento de llave-.

No conozco el historial militar de estos tres "cruzados salvadores de la patria", ni me interesa. Me basta saber que pretendieron dar un golpe de estado en un país que había pasado 40 años de dictadura militar tras una guerra civil iniciada tras un levantamiento militar...

No creo en la inteligencia de las masas, pero sí en su instinto, ¿Qué se suponía que tenía que pasar? ¿A quién beneficiaba un golpe de Estado entonces?--- ¿Quien se suponía que iba a apoyarlo?

Muy listos no eran, me parece a mí. Igual que en cualquier aspecto formativo, imponer el "amor a la bandera" (principios) antes que la cabeza imposibilita comprender en qué consiste lo primero.

O puede que me equivoque, y estos tres fueran unos lumbreras que buscaran un fin último superior a la acción plausible: recomiendo ver la película 'Hero' para captarme: Una autoinmolación en pos de la democracia.

Se me pidió, creo, no hacer referencias a otros comentarios, por lo que diré lo siguiente sobre mí: No siento ningún tipo de afinidad con el PSOE. No creo en el anarquismo, ni en el comunismo. Desprecio el sistema capitalista. Las banderas me parecen trapos. No siento ningún tipo de amor por los trapos. Quien asegura luchar por un país miente. Quien cree luchar por un país se engaña. Quien siente vergüenza ajena, se avergüenza de sí mismo.

¿Me he metido con alguien?

3/3/06 23:44  
Blogger Nano escribió...

Don Genaro:

Te equivocas en una cosa. No se te ha pedido que no aludas a los comentarios de otros. Si no, se pierde la gracia. Puedes comentar lo que quieras. Mis comentarios, o los de quienes aquí escriban.

Lo que se pide es que no se caiga en la descalificación personal y en el insulto.

Y a todas luces no has insultado a nadie.

Y hasta ahora no lo has hecho.

4/3/06 00:15  

Publicar un comentario

<< Home