El patito feo

Pero a diferencia de como ocurría en el cuento de Andersen, a éste le rodean cisnes, y no hay visos de que llegue algún día a ser algo más que pato.

La cruda realidad

Más versos. También de cosecha propia. Pero esta vez, tristes de cojones. Fueron escritos allá por Junio de 2004, porque eran lo que sentía.

Lo malo es que ahora tengo ganas de escribirlos otra vez:

Ya lo ves, en mí mismo lo padezco:
todo me sale mal, y lo peor,
es que empiezo a pensar que lo merezco.

Y si vas a preguntar qué me pasa, te lo agradezco. Pero la respuesta, quien me conoce lo sabe bien, siempre será nada.