Comprenda a los ingenieros I
Algún día, yo seré Ingeniero Aeronáutico. Espero que sea más pronto que tarde.
Mientras tanto, un poco de humor. Parece que el deporte preferido del mundo científico es parodiar a los ingenieros. He aquí la prueba de ello.
Empieza hoy la primera de cuatro lecciones.
Crompenda a los ingenieros. Lección 1.
Un día, un ingeniero estaba cruzando una carretera cuando una rana le llamó y le dijo: “Si me besas, me convertiré en una hermosa princesa”.
Se agachó, recogió la rana y se la puso en el bolsillo.
La rana habló de nuevo y dijo: “Si me besas y me conviertes en una hermosa princesa, me quedaré contigo durante una semana”.
El ingeniero sacó la rana de su bolsillo, sonrió y la devolvió a su lugar.
Entonces, la rana gritó: “Si me besas y me conviertes en princesa, me quedaré contigo una semana y haré lo que quieras”.
Nuevamente, el ingeniero sacó la rana, sonrió y la volvió a meter en el bolsillo.
Finalmente, la rana preguntó: “Pero bueno, ¿qué pasa? Te he dicho que soy una hermosa princesa, que me quedaré contigo una semana y que haré lo que quieras. Entonces, ¿por qué no me das un beso?”
“Mira, yo soy ingeniero y no tengo tiempo para una novia, pero una rana que habla mola que te cagas”.
Mientras tanto, un poco de humor. Parece que el deporte preferido del mundo científico es parodiar a los ingenieros. He aquí la prueba de ello.
Empieza hoy la primera de cuatro lecciones.
Crompenda a los ingenieros. Lección 1.
Un día, un ingeniero estaba cruzando una carretera cuando una rana le llamó y le dijo: “Si me besas, me convertiré en una hermosa princesa”.
Se agachó, recogió la rana y se la puso en el bolsillo.
La rana habló de nuevo y dijo: “Si me besas y me conviertes en una hermosa princesa, me quedaré contigo durante una semana”.
El ingeniero sacó la rana de su bolsillo, sonrió y la devolvió a su lugar.
Entonces, la rana gritó: “Si me besas y me conviertes en princesa, me quedaré contigo una semana y haré lo que quieras”.
Nuevamente, el ingeniero sacó la rana, sonrió y la volvió a meter en el bolsillo.
Finalmente, la rana preguntó: “Pero bueno, ¿qué pasa? Te he dicho que soy una hermosa princesa, que me quedaré contigo una semana y que haré lo que quieras. Entonces, ¿por qué no me das un beso?”
“Mira, yo soy ingeniero y no tengo tiempo para una novia, pero una rana que habla mola que te cagas”.
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