27 diciembre 2005

Soy extraño II

Porque, al contrario que a la mayoría de quienes me rodean, no me gusta la Navidad. Bueno, esto es un poco mentira. Me explico.

No me gusta el sentido familiar que se les da a estas fiestas. No comprendo la obsesión por cenar juntos, comer juntos... No necesito la Navidad para cenar con la gente que quiero. Por eso, o mucho cambian las cosas, o yo seré de esos que se van de viaje en Navidad. Bueno, cuando tenga dinero y novia, claro.

Tampoco me gusta la frase típica: Feliz Navidad. Y el resto del año, ¿no quieres que sea feliz, o qué? Ya en serio, yo deseo que las personas que me importan sean felices. Pero siempre, no sólo en Navidad. Y aunque lo quiero, no voy por ahí diciéndoselo. Estoy convencido de que lo saben.

Y ya no me meto en discutir lo de si la felicidad existe o no, porque es un charco demasiado grande para pisar sin empaparse. Así que lo apuntamos en la lista del debe, y algún día aparecerá por aquí.

Mientras tanto, disfrutad de lo que queráis con quien querías. Porque sí que tengo muy claro que el placer existe.