26 diciembre 2005

Soy extraño I

Y es que en estas fechas, me siento aún mucho más raro que de costumbre. Muchas veces diferente en pocos días.

Por orden cronológico, empezaremos con la Lotería. Aunque se nota más en el sorteo de Navidad, esta forma de vida se extiende durante todo el año. Yo no pierdo mi dinero en los juegos de azar.

Soy de ese 17 por ciento de españoles que no se gasta un euro en Lotería de Navidad. Porque no es sólo cuestión de azar. Es cuestión de azar y de probabilidad. Que es otro cantar. No es lo mismo jugar a cara o cruz que a la Lotería.

Probabilidades menores que 0,5 vienen a ser, estadísticamente, pérdidas. Invito a quién quiera a dividir uno entre setenta y cinco mil, y comprobar que es un cero coma seguido de cuatro ceros. O sea, nada.

Luego está la posibilidad de premios menores o de reintegros. Pero vamos, que recuperar lo que se juega (que no es ganar) una de cada diez veces me sigue pareciendo demasiado poco.

Es que debo ser muy ambicioso, yo.

Pero bueno. Que cada cual es libre de perder su dinero de la forma que quiera.